miércoles, 24 de marzo de 2010

LA VIDA ES SUEÑO. RUSIA



La Obra
La Vida es Sueño
Escrita por Pedro Calderón de la Barca, La Vida es Sueño es una de las grandes obras teatrales del siglo de oro español y ha sido representada a lo largo de cientos de años en multitud de versiones adaptada a múltiples lenguas.

La obra relata la historia de Basilio, un rey místico, que encierra a su hijo Segismundo luego de que un oráculo le predice que, de permitirle ocupar el trono, se comportará cruelmente. Después de un tiempo, Basilio decide dormir a Segismundo y llevarlo al trono para ver cómo se comporta en el poder durante el sueño: Segismundo asume la libertad con máximo desafuero, sin medir sus consecuencias y termina asesinando a un criado que intenta impedir que abuse de una princesa.

Sus acciones irremediablemente lo regresan a su antiguo encierro, donde reflexiona sobre la ilusión que genera el poder y la necesidad de obrar bien, incluso en los sueños. Una sublevación popular le devuelve el poder y pide perdón a su pueblo.

La obra es representada en lengua tártara gracias a la traducción hecha por el poeta Rkail Shagir. Los reconocidos personajes de Basilio, Clotaldo y Clarín son interpretados por tres actores de más de setenta años, herederos de la escuela rusa de actuación, y hacen de esta historia tan conocida un montaje único y memorable.

La arriesgada puesta en escena de duelos acrobáticos e histriónicos creados por un maestro de esgrima le dan un tinte particular a este montaje, cuya escenografía es una inmensa concha de metal (de dos metros y medio de altura y con once secciones que se abren y se cierran de manera modular). Del mismo modo, la música de un violín y un bayan (acordeón tradicional de la región soviética) le da un tono sugerente, vivaz y melancólico a la obra.

CRIMEN Y CASTIGO. Eslovenia.



La Obra
Crimen y Castigo
Esta novela ha tocado de manera honda la sensibilidad de artistas, dramaturgos y directores de teatro. Ahora, el director Diego de Brea (que se considera un hijo espiritual de Dostoyevski) crea esta versión del drama íntimo de Raskolnikov, tras una exhaustiva investigación del universo literario del autor, y pone en ella sus más profundos amores, miedos y anhelos.

Crimen y castigo es una obra de muerte y resurrección, del crimen como idea, del castigo, del perdón y de la sanación como resultado de la aceptación del error: “El castigo es aceptar el sufrimiento y purificarse a través de él”. Esta representación, inspirada en la adaptación al cine que Luchino Visconti hizo de la novela en La caída de los dioses, explora los estados emocionales asociados al poder, el miedo, la huída, el abandono, la ausencia de un padre, la conciencia del bien y del mal, y el desafío a la vida que lleva a los personajes a un laberinto sin salida y al sufrimiento a través del sentimiento de culpa.

La obra tiene un tono metafísico y el director hace uso de metáforas visuales y de objetos simbólicos, como un típico samovar ruso que humea de manera siniestra mientras el protagonista intenta lavarse las manos ensangrentadas, o el uso del hacha para partir del pan. De Brea utiliza magistralmente la comicidad en algunos personajes sin banalizar el drama de la escena.dioses

Un montaje atrevido, apasionado, crudo, que impacta al espectador.

LA ODISEA. Teatro de los Andes.

La Obra
La Odisea
Para enfrentar La odisea, esta compañía sigue el ejemplo de Penélope: teje hilos diferentes para crear la trama.

Varios hilos provienen de Homero: el viaje, la ausencia, la pasión amorosa, la lucha, el naufragio, la familla, la búsqueda del padre, el sueño, la perdida de los hijos, la búsqueda de la identidad, la venganza, la guerra civil.

Los segundos provienen de la búsqueda: Ulises es también el emigrante, los monstruos que encuentra son los monstruos con que se topan aquellos que parten en busca de un destino mejor.

Los terceros se relacionan con lo que significa hoy, para el Teatro de los Andes, emigrar, volver, esperar, viajar, buscar. Los últimos se relacionan con Bolivia: un país que cambia en modo dramático, un país atravesado por fortísimas tensiones, renacidas esperanzas y cambios radicales.

lunes, 22 de marzo de 2010




Metamorfosis
En el relato de Kafka, Gregorio Samsa se despierta una mañana convertido en un enorme insecto. Ahora, en el escenario, podemos ver esta transformación de manera viva, cruda y teatral gracias a la actuación magnífica de Gísli Örn Gardarsson, quien con sus artes de actor, mimo y gimnasta logra comunicar al espectador la extrañeza y el absurdo de ser una horrorosa criatura.

La escenografía, insólita y refinada, nos permite ver al mismo tiempo los dos mundos en que ahora vive la familia Samsa: en el primer piso habitan el padre, la madre y Greta, la otra hija de la familia; en el segundo vive Gregorio, y esta habitación es vista por el espectador desde arriba, como desde un ángulo cenital, por lo cual los muebles y demás penden de la pared y la gravedad está trastocada para expresar de manera muy clara y contundente el punto de vista de un insecto y la condición desdichada de Gregorio, que ahora se relaciona con el mundo que lo rodea de una manera inusual.

En este doble escenario y con una extraordinaria capacidad gimnasta y una actuación gestual propias del arte de los mimos, los actores logran hacer sentir al espectador la tragedia que se vive en la casa de la familia Samsa cuando la vida cotidiana choca de frente con el absurdo.

El cuarto de Gregor Samsa es diferente al del resto de la familia. Dentro de él, incluido el pobre Gregor, todo ha girado 90 grados.

Mientras en el primer piso se vive la normalidad de una familia, Gregor está arriba, sentado en una silla que reposa sobre la que es, en realidad, una pared.

“Esa es la metáfora visual clave de la obra”, dice David Farr, codirector de Metamorfosis, la obra que trae Islandia al Iberoamericano. Para mostrar la extrañeza, la transformación de Gregor en un “monstruoso insecto”, como lo llamó Kafka en el primer párrafo de su novela corta, decidió junto a Gísli Örn Gardarsson, actor protagónico y codirector de la pieza, que él estuviera siempre, durante la hora de duración del montaje, en una posición prácticamente imposible y vestido como un trabajador: de saco y corbata.

Gregor, quien es el sustento de la familia, no entiende lo que ha pasado, todo le parece normal. Su familia, en cambio, está horrorizada. Gregor se convierte en un secreto que hay que guardar.

EL TIEMPO habló con los directores de esta pieza.

¿Cuáles fueron los retos de montar ‘La metamorfosis’? David Farr (DF): Tomamos una decisión fuerte, no tener un vestuario literal de insecto porque el libro tiene mucho que ver con gente que trabaja duro y que quiere encajar en la sociedad. Escogimos un vestido para el trabajo.

Gísli Örn Gardarsson (GOG): Todo el mundo esperaba que la montáramos como un libro. La primera pregunta que nos hacían era qué clase de vestuario iba a tener el insecto. El reto era encontrar el significado real de una historia que contiene metáforas alrededor de muchas cosas. Eso es lo agradable de interpretarla en diferentes continentes. Todo el mundo se relaciona con ella porque hay secretos en cada familia.

Las críticas resaltan su actuación como Gregor. ¿Cómo se preparó? GOG: Tuve que escalar muchas montañas en Islandia, mi país de origen, porque actúo en la pared todo el tiempo. Esa es la metáfora teatral que escogimos para mostrar que hay algo extraño. La familia lo ve y se sorprende, pero Gregor no entiende. Todo le parece normal. Durante una hora, estoy al revés.

Es la cosa más dura que he hecho en toda mi vida. ¡Creo que pierdo 10 kilos en cada función! DF: Estuve tratando de hacer esta adaptación durante diez años y no tenía idea de cómo hacerla hasta que conocí a Gísli, que es gimnasta y un actor brillante. Yo quería darle a la historia el mismo ‘feeling’ de Kafka, que la cuenta como algo muy normal, así no lo sea. La metamorfosis no es un libro de horror gótico.

¿Qué tan compleja fue la creación de la escenografía? ¿Cómo hicieron para traerla? GOG: Fue diseñada para viajar. Cuando estrenamos en Inglaterra, sabíamos que la teníamos que llevar a Islandia. Sin embargo, es una escenografía grande y pesada. Tratamos de hacerla muy amigable, para ser transportada en barco –se arma como un Lego–, pero al mismo tiempo tenía que ser muy sólida porque mi vida depende de ella. Estoy a 7 m de altura y no hay cables o trucos en la escena.

¿Con ese esfuerzo físico, qué ocurre en su mente? GOG: Cuerpo y mente se sostienen, trabajan juntos, porque el dolor es real.

Cuando Gregor está asustado, acurrucado, arriba, en una esquina, eso sirve físicamente para traer lo emocional. Creo que así es más sencillo que con un drama normal










martes, 16 de marzo de 2010

EXPLOREMOS UN CAPITULO MACONDIANO EN LA EXOTICA GUAJIRA

La Guajira es el departamento más septentrional de Colombia y de Suramérica. Está localizado en la península de la Guajira, pertenece al grupo de departamentos que conforman la Región Caribe Colombiana, adentrándose en el mar Caribe que la rodea tanto al norte como al occidente.

Al oriente el departamento limita con el golfo de Venezuela y con la República Bolivariana de Venezuela. Al sur se encuentra el Departamento del Cesar y al occidente el Departamento del Magdalena.

La Guajira tiene una extensión de 20.848 km², está localizada a 1.121 km al norte de Colombia y a 220 km al nordeste de Barranquilla. La Sierra Nevada de Santa Marta aísla el territorio guajiro del resto del país, origina una vertiente propia (el golfo de Venezuela) y determina la sectorización natural y cultural de la península en tres subregiones:

La Alta Guajira, llana y desértica, al norte del río Ranchería y al noroccidente del río Carraipía, afluente éste del golfo de Venezuela
La Baja Guajira, en el flanco y piedemonte oriental de la Sierra Nevada de Santa Marta y los valles alto y medio del río Ranchería, es también conocida como Provincia de Padilla, en donde se aloja la mayoría de la población del departamento
La Media Guajira, en el flanco y piedemonte norte de la Sierra Nevada de Santa Marta, entre los ríos Palomino al occidente, en la frontera con el departamento del Magdalena y el Jerez al oriente, los dos nacen en la sierra y desembocan en el Caribe.

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viernes, 12 de marzo de 2010

Test de Inteligencia Emocional

La inteligencia emocional cobra validez en la actualidad cuando se asumen cambios de paradigmas. Anteriormente se tendía a considerar la inteligencia como un factor exclusivamente intelectual totalmente desprendido de emoción. Recientemente surge la tendencia a considerar diferentes tipos de "inteligencias", entre ellas la emocional.

Desde esta nueva perspectiva, si antes se consideraba inteligente una persona porque podía desprenderse de la presión de sus emociones, ahora se comprende que es deseable aprender a administrar nuestras emociones de manera inteligente.

Cada vez es más aceptado que la capacidad de motivarse y perseverar pese a las dificultades y frustraciones, el administrar los impulsos y la capacidad de posponer una satisfacción personal, el ser capaces de regular el humor y de impedir que se alteren las facultades de razonamiento, además de la empatía y la esperanza son factores esenciales para alcanzar el éxito y la felicidad.

Podemos reconocer la inteligencia emocional porque nos pone en contacto con lo que hay de humano en una persona, y para facilitarle entrar en contacto con la suya le ofrecemos a continuación una serie de preguntas que, al contestarlas y evaluar sus respuestas, le permitirán conocer un poco más sobre su mundo emocional y como se desenvuelve usted en él.



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martes, 9 de marzo de 2010

MITOLOGIA GRIEGA

La mitología griega está formada por un conjunto de leyendas que provienen de la religión de esta antigua civilización del Mediterráneo oriental. Los griegos, aunque no practicasen la religión, conocían estas historias, las cuales formaban parte de su acervo cultural.

Los dioses del panteón griego adoptaban figuras humanas y personificaban las fuerzas del Universo; al igual que los hombres, los dioses helenos eran impredecibles, por eso unas veces tenían un estricto sentido de la justicia y otras eran crueles y vengativos; su favor se alcanzaba por medio de los sacrificios y de piedad, pero estos procedimientos no eran siempre efectivos puesto que los dioses eran muy volubles.

La mitología griega es absolutamente compleja, llena de dioses, monstruos, guerras y dioses entrometidos. Algunos estudiosos afirman que llegó a haber hasta 30.000 divinidades en total.

Esta mitología comparte una estrecha similitud con la mitología romana, en cuanto a los nombres de varios dioses y personajes de importancia. También se relacionan en cuanto a la parte mitológica de la religión; creencias, tradiciones y todo lo ligado o referente a Mitología.



Afrodita,
Alcestis
Agamenón
Alcmena
Amazonas
Andrómeda
Apolo Y Daphne
Aracne
Ariadna
Artemisa
Atalanta
Atlas
Atreo
Galatea
Galatea y Polifemo
Calipso
Calisto
Casandra
Circe
Dánae
Danaides, Las
Eco y Narciso La Ninfa
Eris, La diosa
Eros
Esfinge, La
Eurídice
Europa
Fedra
Furias, Las
Gea
Gorgonas, Las
Grayas, Las
Harmonía
Harpías, Las
Hecate
Hele y Frixo
Hera
Hespérides Las Hipno
Ícaro
Ifigenia
Io
Leto (Mitos Maternales)
Medea
Moiras, Las
Musas, Las
Narciso
Némesis
Ninfas, Las
Níobe
Orestes
Palas Atenea
Pandora
Pegaso
Perséfone
Psique
Quimera
Selene, La
Sirenas, Las
Tanatos
Tetis
Tiresias
Triton



Héroes y Semidioses

Aquiles
Beleferonte
Edipo
Heracles (Hércules)
Odiseo (Ulises)
Perseo y Andrómeda
Teseo
Jasón

ORÍGENES

La mitología griega, en su periodo más importante, se desarrolló en el siglo VIII a. C. Tiene varios rasgos distintivos, como por ejemplo, los dioses se parecen exteriormente a los seres humanos y revelan, al igual que ellos, sentimientos. Los griegos creían que los dioses habían elegido el monte Olimpo, en una región de Grecia llamada Tesalia, como su residencia. En el Olimpo, los dioses formaban una sociedad organizada en términos de autoridad y poderes, se movían con total libertad y formaban tres grupos que controlaban sendos poderes: el cielo o firmamento, el mar y la tierra. Fueron tres las colecciones clásicas de mitos: La Teogonía de Hesíodo y la Iliada y la Odisea de Homero. Este material se basa en la Teogonía de Hesíodo. La teogonía es una especie de sistematización de las confusas tradiciones anteriores, en ella el mito es el tema dominante. Pero, ¿qué es el mito? Mucho se ha escrito tratando de dar una exacta definición; lo único cierto es que el mito es una forma especial de pensamiento que permite al hombre interactuar con su espacio natural y de esta manera también reconocerse como parte de una comunidad específica. Es un grave error considerar que el mito es un modo de pensamiento reservado a las sociedades "primitivas". El mito es y ha sido siempre la defensa espontánea del espíritu humano ante un mundo ininteligible y hostil. La anterior reflexión nos llevaría a afirmar que en el mito se encuentra el origen de las religiones, sin embargo debe considerarse que los "espíritus" de los bosques, de la luz, de las aguas, no son divinidades, sino solamente presencias capaces de actuar en dominios sobre los que el hombre no tiene ningún poder. El mito griego está en estrecha relación con la religión, pero no llega a confundirse con ella. A pesar de toda la confusión que preside la conformación de la mitología griega, esa inmersa materia llegó a clasificarse y a ordenarse.




Según Hesíodo, al comienzo no hay nada más que espacio, nada orgánico, nada que pueda ser descrito. Luego, después de ese vacío, se dibuja la primera de las realidades, que limita y comienza a darle un sentido: la Tierra, Gea (Tellus) la base segura de todo lo que en el mundo ya se encontraba dividido, pues bajo la Tierra seguía existiendo un espacio vacío donde todo era Caos (Chaos). Ese Caos engendra el Erebo, el vasto espacio subyacente, en que más tarde tendrán su lugar los infiernos. En el vacío ubicado por encima de la Tierra, instala esta a su primogénito, Urano (el Cielo), que emana de ella. Al mismo tiempo que se da esta división orgánica del universo, tiene lugar el nacimiento de Eros (Cupido), el Amor, que es aquí el principio abstracto del Deseo, y no todavía el pequeño dios maligno, perverso y alado. En los orígenes mismos de la creación del universo, era imprescindible crear el Amor, este es el motor universal; es quien provoca las uniones del principio cósmico, los engendramientos que ni la imaginación concibe. Erebo, hijo de Caos, tuvo un hermano llamado Noche. Sin embargo Gea, después de haber engendrado a Urano, dio a luz a las Montañas y las Ninfas (Driada o Nereida), que en ese momento son genios de las Montañas. A Gea también corresponde la maternidad de Pontos (el Mar, principio masculino, la Ola poderosa). La diosa Noche engendra dos hijos: Éter y Día. El primero es la clara y pura luz que se adivina en las más altas regiones de la atmósfera; la luz de los dioses. Por su parte el Día, ilumina a los mortales, y alterna con su madre la Noche.


GENERACIÓN DE LOS TITANES



Urano y Gea adquieren preeminencia, de ellos nacen doce hijos, los Titanes y las Titánidas. Los Titanes son seis: Océano, el mayor, luego Ceo, Críos, Hiperión, Iapeto y, finalmente, Cronos (Saturno). Seis hermanas, las Titánidas: Tía, Rea (Cíbiles), Temis, Mnemosine, Febe y Tetis. Algunos de estos nombres responden a funciones particulares dentro del mundo, así, Temis, por ejemplo es la Justicia, Mnemosine es la memoria, quien garantiza la duración del mundo, no gracias al tiempo sino a la alternancia entre el día y la noche. Tetis es una divinidad marina; parece personificar la fecundidad femenina del Mar. Se casó con Océano, y le dio más de tres mil hijos (los ríos del mundo), su morada está situada lejos en el Oeste, en el país del Atardecer, todo rojo, que el Sol visita a diario al bajar del cielo. Hiperión (el que viaja a lo alto) casado con su hermana Tía, engendra a Helios y Selene (el Sol y la Luna). La mayor parte de los Titanes no existe más que en su descendencia: Ceo, unido a su hermana Febe (la Brillante), engendra a Leto, que más tarde será la madre de Artemisa y de Febo. Críos, con Euribia, una de las hijas de Gea y del Pontos, engendró a Astreo que fue uno de los esposos de la Aurora (Eos), al gigante Palas, y finalmente Perses, que fue el padre de la diosa Hécate -la señora de la noche-, diosa de la Abundancia, de la Elocuencia, pero también temible maga, hábil para metamorfosearse en perra, en loba, en asna, y cuya estatua de tres cabezas se erguía frecuentemente en las encrucijadas. Iapeto se casó con Climena, hija de Océano y de Tetis, que le dio cuatro hijos: Atlante (Atlas), el gigante que más tarde fue condenado a llevar sobre sus hombros la bóveda del cielo, Menoetio, quien también participó en la rebelión contra Zeus, y que por esa razón fue fulminado y sumergido en el Tártaro. El Titán cuya descendencia reviste mayor importancia es Cronos. A partir de él se desarrollan los destinos que llevan al poder a la generación divina de los Olímpicos. Los Cíclopes eran también hijos de Urano y Gea, tres genios de la tempestad: Arges (el fulgor del relámpago), Asteropes (las nubes de la tempestad) y Brontes (el estruendo del trueno), luego los Hecatonquiros (los Ciembrazos), tres gigantes: Coto, Briareo y Gies. Urano detestaba haber sido padre tan prolífico y por ello prohibía a sus hijos el ver la luz; les obligaba a permanecer encerrados en las profundidades de la Tierra. Ya que Urano imponía una continua fecundidad a su compañera, ésta planeó junto con sus hijos mayores, la venganza. Ninguno de ellos aceptó, excepto el más joven de ellos, Cronos, quien odiaba a su padre –no se sabe bien por qué-. Entonces Gea le confió una serpiente de acero muy dura y aguzada, y cuando una noche Urano se acercó a ella para fecundarla una vez más, Cronos que se encontraba expectante, le cortó con la serpiente los testículos a su padre y los lanzó al espacio. La sangre del dios herido cayó en forma de lluvia sobre la tierra y el mar, donde engendró aun otras divinidades. De esta sangre que cayó en la tierra salieron las Erinias –Eumenides-: Alecto, Tisífone y Megera, las tres Furias, genios crueles que viven en las profundidades del Infierno, donde torturan a los criminales, los Gigantes y una nueva generación de Ninfas, las Melíadas, o Ninfas de los fresnos. Titán Atlas De la sangre mezclada con semen, que cayó sobre el mar, nació la diosa Afrodita (Espuma). Amor y el hermoso Deseo, la cortejaron en cuanto nació.


LAS PRINCIPALES DIVINIDADES



Luego de cumplir su venganza, Cronos se quedó solo para reinar en el mundo que apenas se formaba. Alrededor de él se formaron nuevas generaciones. Noche engendró a la Suerte, Kere (el Destino) y Thánatos (el Fallecimiento); también engendró el Sueño y toda la raza de los Ensueños, así como a Momo, el dios del sarcasmo, y al Dolor, y a Némesis, que es la venganza de los dioses, y castiga en los hombres todo acto. Por su propia fecundidad, Noche engendró a las Hespérides, que son las Ninfas del Ocaso. Hay tres: Aegle, Eritia y Hesperaretusa: Habitan en el Extremo Occidente, en las orillas del Océano, no lejos de las islas Afortunadas, donde residen las Almas Felices. Diversos demonios crueles también son hijos de la Noche, Apaté (Engaño), Filotes (Ternura), Geras (Vejez), Eris (Discordia), que a su vez engendró otras calamidades: Olvido, Hambre, Los Dolores, los Combates, los Crímenes, las Querellas, los Discursos embusteros, Anarquía, Desastre, y Juramento (Horco). De esta manera el mundo se preparaba para recibir a los Hombres disponiéndoles mil causas de sufrimientos.


LOS DEMONIOS DEL MAR



Pontos (la Ola) tuvo como primogénito a Nereo, a quien se llama el Viejo del Mar, porque es leal y benigno a la vez, sin olvidar jamás la equidad. También Pontos engendró con Gea, a Taumas, que más tarde fue el padre de la diosa Iris, encarnación del arco iris y mensajera de los inmortales; luego a Forcis. Por su parte Nereo se unió con Doris, una de las hijas de Océano, que le dio las Nereidas, cuyo número varía según las tradiciones: más frecuentemente, se cuentan cincuenta, pero a veces son el doble. Entre las Nereidas sólo algunas han recibido una leyenda en particular: Tetis, la madre de Aquiles, y Anfitrite, la esposa del Olímpico Poseidón, dios del mar, y la siciliana Galatea. Las Nereidas jóvenes y bellas, pasan su tiempo eterno, hilando y cantando en el palacio de oro de su padre. Taumas hijo de Pontos, ha engendrado a la Arpías, Aelo y Ocipete (la borrasca y la vueladeprisa) a las que a veces se añade una tercera hermana, Cileno (la Oscura). Estas Arpías son genios malhechores, cuando caen sobre el mar, con toda la velocidad de sus alas, nada les aguanta: Lo arrancan todo a su paso. Se las representa semejantes a pájaros de presa, con garras agudas, y se asegura que viven en las islas Estrofadas, en el centro del mar Jónico. Las tres viejas del mar son: Las Greas (Enio, Pefredon y Dino: Viven en el Extremo Oriente, en un país cubierto de brumas, donde nunca sale el sol. Sólo tenían un ojo y un diente las tres, sirviéndose de ellos por turno). Las tres Greas eran hermanas de otros tres monstruos, las Gorgonas, llamadas Esteno, Euríala y Medusa. Medusa era la única mortal entre las tres. Las gorgonas eran horribles, estaban armadas con grandes defensas semejantes a las de los jabalíes: Sus ojos chispeaban y su mirada era capaz de convertir en piedra a quien tuviera la osadía de mirarlas fijamente. Su cabellera era hecha de serpientes, y alas de oro les permitían volar, vivían en los confines del mundo. Perseo da muerte a Medusa quien había sido fecundada por Poseidón. De su cuerpo al morir, surgen dos seres: Pegaso, el caballo alado, y Crisaor, el héroe de la espada de oro, que a su vez, engendró al gigante Gerión el de los tres cuerpos, víctima de Heracles y también a Equidna (la Víbora), un monstruo aterrador que se unió a Tifón y le dio hijos: El monstruo perro Ortros, compañero de Gerión, Cerbero, el perro que guardaba los Infiernos, la Hidra de Lerna, que había de ser muerta por Heracles, y la Quimera, a la que más tarde combatiría Belerofonte.


PRIMERA GENERACIÓN

En unión con su hermano la Titánida Rea, Cronos tuvo tres hijas: Hestia, Deméter y Hera, y tres hijos: Hades, Poseidón y, finalmente, Zeus, el último. Una maldición pesada sobre Cronos, luego de destronar a su padre, había rehusado dar satisfacción a Gea. Por no haber liberado a sus hermanos, condenados a no ver la luz. Gea le prometió que también él sufriría la suerte que había infligido a su padre, y que sería destronado por sus hijos. Para prevenirse contra esa amenaza. Cronos devoraba los hijos que le daba Rea. Los primeros cinco, se los comió. Pero cuando estuvo a punto de nacer el pequeño Zeus, Rea decidió salvar a ese niño. Con la complicidad de Gea, encontró un asilo en una caverna de Creta, donde dio a luz. Luego tomó una piedra y la envolvió en pañales, llevándosela a Cronos y diciéndole que era su hijo. Sin enterarse de la verdad, Cronos, tomó la piedra y se la comió. Zeus se había salvado al mismo tiempo que Cronos estaba condenado. Zeus creció en el antro de Creta, confiado a la custodia de una nodriza, la ninfa Almatea, y de jóvenes guerreros armados de lanza y escudo, los Curetas. Los Curetas (los jóvenes) danzaban sin descando una danza guerrera en torno a la gruta donde reposaba el niño: hacían el mayor ruido posible, entrechocando las armas y lanzando gritos de guerra. Todo ello con el fin de cubrir el llanto de Zeus, impidiendo que Cronos lo descubriera y se apresurase a devorarlo. Protegido, Zeus creció y adquirió toda su fuerza divina. Llegó el momento en que había de cumplirse la promesa de Gea. Zeus tenía entonces por compañera a una hija de Océano, Metis (Perfidia), que le dio una droga gracias a la cual Zeus pudo hacer vomitar a su padre los hijos que había devorado anteriormente. Todos volvieron a ver la luz. Con estos aliados, Zeus atacó a Cronos y a los Titanes, que fueron en auxilio de éste. La lucha duró diez años. Finalmente un oráculo de Gea prometió a Zeus la victoria si tomaba a los seres monstruosos precipitados antaño en el Tártaro por Cronos. Obedeciendo, y realizando así el voto de Gea, a la que Cronos había engañado, Zeus liberó a los monstruos, que se convirtieron en sus guardianes. Aquellos monstruos dieron a los jóvenes dioses poderosas armas que figurarían entre sus atributos futuros. Así es como los tres Cíclopes, forjaron para Zeus el trueno y el rayo, lo mismo que el relámpago: y Zeus será, eternamente, el dios del cielo tempestuoso. También dieron a Hades un casco que volvía invisible a quien lo llevara, por ello fue el dios del reino invisible, y reinaba sobre las almas de los difuntos. Poseidón recibió un tridente mágico, cuyo golpe es capaz de trastornar la tierra y el mar. Los Olímpicos se distribuyeron en el universo. Zeus obtuvo preeminencia, y reinó sobre el cielo, Hades se contentó con la parte del mundo situada debajo de la tierra, es decir, el mundo infernal. Poseidón fue el señor del mar.


SEGUNDA GENERACIÓN

Zeus tomó una esposa divina, Hesíodo le atribuye a Metis como primera compañera, Gea y Urano, depositarios de los secretos divinos, revelaron a Zeus un oráculo del Destino: De los hijos que nacieran de Metis y de él, el primero sería muy sabio y valiente, pero el segundo sería un hijo de ánimo violento llamado para destronar a su padre. Previniendo el peligro, Zeus se comió a Metis cuando ésta esperaba a su primer hijo. Zeus convocó al dios forjador, Hefestos, y le ordenó que le hendiera la cabeza de un hachazo. Y así es como, de la cabeza de Zeus, surgió una muchacha enteramente armada: era la diosa Atenea, toda sabiduría y valentía. Temis, la Titánida, fue la segunda esposa de Zeus, era ella la encarnación de la ley o la Equidad. De esa unión nacieron las divinidades que llaman las Horas, y que son las estaciones, Eran tres, Hesíodo, las llama: Eunomía, Diké e Irene, es decir, Disciplina, Justicia y Paz, pero los atenienses las conocían bajo los nombres de Thalo, Auxo y Carpo, que evocan los tres principales momentos de la vegetación: el nacimiento de la planta, su crecimiento y su fructificación. Zeus tuvo otras tres hijas con Temis, Moiras (las Parcas): Cloto, Laquesis y Átropos, que rigen el destino de todo ser humano. Aquel destino estaba simbolizado por un hilo, que la primera de las Parcas sacaba de su rueca, que la segunda enrollaba y que la tercera cortaba cuando llegaba al término de la vida que representaba. La tercera esposa de Zeus fue la Oceánida Eurinome, que le dio también tres hijas, Kharites (las gracias), Aglae, Eufrosine y Talía. Como las Horas, las Gracias son genios de la vegetación: Son ellas quienes transmiten la alegría en la Naturaleza y en el corazón de los hombres. Viven en el Olimpo en compañía de las Musas, presiden toda labor femenina. Deméter que era su hermana, dio a Zeus una hija, Perséfone. Luego se unió a la Titánida Mnemosine, y tuvo de ella nueve hijas, las Musas, "que se complacen en las fiestas y en la alegría del canto". Las Musas también patrocinan todas las actividades intelectuales, hasta las más altas, todo lo que libera al hombre de la materia y le da acceso a las verdades eternas. Elocuencia, persuasión, sabiduría, conocimiento del pasado y de las leyes del mundo, matemáticas, astronomía, poesía, música y la danza son su dominio. Las Musas eran: Calíope, Clío, Polimnia, Euterpe, Terpsícore, Erato, Melpómene, Talía y Urania.


MUSAS Y SU ESPECIALIZACIÓN

Calíope La poesía épica. Clío La historia. Polimnia la pantomima. Euterpe La flauta. Talía la comedia. Erato la lírica coral. Tepsícore la poesía ligera y la danza. Melpómene la tragedia. Uranía la astronomía. Después de Mnemosine, Zeus se unió con Leto, la hija del Titán Ceo y de la Titánida Febe. De ella tuvo dos hijos, Artemisa y Febo. Maia, hija del Titan Atlas, concibió al dios Hermes por obra de Zeus. Hera fue la última de las esposas divinas de Zeus, que le dio un hijo. Ares, el dios de la Guerra, y dos hijas: Hebe, personificación de la juventud (esposa de Heracles), e Ilitia, el genio femenino que protege los partos. Zeus amó también mortales, sobre todo a Alemena, que le dio a Hércules, y Semele, de la que tuvo a Dionisio, el dios del Vino. Hera, furiosa de verse así abandonada, hizo nacer por sí misma, sin la intervención de Zeus, a un hijo divino, Hefestos, que preside el trabajo de los herreros y de las artes del fuego. Se completa de esta manera, el grupo de las grandes divinidades. En la época clásica se considera que existen doce "Olímpicos": Zeus, Poseidón, Hefestos, Hermes, Ares, Febo, Hera, Atenea, Artemisa, Hestia, Afrodita y Deméter.

jueves, 4 de marzo de 2010

Spartaco




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Origen de los Gladiadores

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