lunes, 19 de marzo de 2012

Al final de la ceremonia, una persona de la familia separa la carne de los huesos, los limpia con chirrinchi y los introduce en una urna.


En el interior del segundo entierro del hombre muerto de los wayú


Éste es su ritual más importante, practicado para "despedir el alma para siempre".

Cuando empezaron a darle martillazos a la tumba de don Roberto Paz, del clan wayú de Jusayuu, los mil invitados a su peculiar entierro rompieron en llanto.

Eran las tres de la madrugada del viernes y el frío carcomía los huesos de los invitados, en su mayoría familiares que habían llegado un día antes hasta el viejo cementerio wayú del corregimiento de Carretal, parte del estado de Zulia, en La Guajira media venezolana. Fueron a celebrar el ritual más importante del pueblo wayú: el segundo entierro del hombre muerto.

Dos hombres corpulentos le pegaban cada vez más fuerte a la lápida. Mientras, la mujer chamán del clan roceaba chirrinchi por el boquete en la pared que ya dejaba asomar una esquina del ataúd de don Roberto Paz. Así lo vivió el fotógrafo venezolano Eduardo Fuentes, que fue testigo de estas honras fúnebres.

Don Roberto falleció de muerte natural hace doce años, cuando tenía 70, y ese viernes de febrero, se disponían a despedir su alma para siempre, como lo dicta la tradición de este pueblo.

Todo wayú, sin excepción, tiene un segundo entierro. Esta ceremonia es más relevante que un matrimonio o que un nacimiento porque constituye su retorno a la tierra. El antropólogo francés Michel Perrin sostiene que la muerte entre los wayús constituye un viaje. Cuando ocurre el primer entierro (ojo'itaa) se supone que el alma va al cielo wayú (Jepira) en forma de yoluja, es decir, a manera de espíritu pero, en el segundo entierro (süchiki ojo'itaa aamakaa) el difunto vuelve a la tierra "ya sea en forma de lluvia o de wanulü, ser mitológico asociado a los principios de muerte", sostiene Perrin.

El antropólogo wayú Weildler Guerra Curvelo explica que cuando un wayú muere su alma sigue haciendo parte del mundo de los vivos, a través de los sueños. Se les aparece a sus familiares para hacer peticiones y alerta cuando ha llegado el momento de dar paso al segundo entierro, que es la despedida final y que nunca suele ocurrir antes de diez años. Aquí se mide también la riqueza de la familia: entre más importante el difunto, más ostentoso el festejo en este útimo velorio.

La separación de la carne

Una vez terminada de abrir la tumba, la chamana da la orden de esperar una hora, antes de sacar el ataúd de don Roberto Paz. En ese lapso, inicia el ritual de servir la carne de 26 becerros y decenas de ovejos sacrificados, que servirían junto al chirrinchi y el whisky para atender a los invitados durante los cuatro días que dura la ceremonia. Disparos al aire, rancheras, lamentos y música hacen parte de este largo ritual.

"Al abrir el ataúd, una fuerza invade el espacio, como si se sintiera la liberación de las almas; me invadió un fuerte dolor, como si el muerto fuera mío", cuenta el fotógrafo Fuentes.

Don Roberto Paz nació rico, dijo uno de los invitados que jugaba dominó con un grupo cerca al ataúd. Su papá, Erfidio Paz, le heredó mulas, becerros, caballos y mucha tierra. Erfidio murió, y años más tarde también falleció su mamá, por lo que terminó criándolo la vieja Omaira González, contó su hermana Ceila Márquez. Tenía una carnicería y era el dueño de casi todo aquí, pero siempre fue humilde, aunque, eso sí, muy mujeriego, confesó la hermana.

Yazna Paz, nieta de don Roberto, fue la encargada de sacar los restos. Con tapabocas empezó a limpiar con meticulosidad cada uno de los huesos del difunto, separando la carne que tras doce años, aún se aferraba a los despojos. Les rociaba chirrinchi para desinfectarlos. En una manta blanca los ordenó. Mientras tanto, la fiesta siguió hasta el domingo, cuando sus restos fueron guardados en un cofre y llevados a un osario construido por los mismos hombres de los martillazos. Don Roberto se había ido para siempre.

Jorge Quintero
Redacción Domingo

CayoJuego Super Mario

CayoDesktop Wallpaper

Bienvenidos al Aula Virtual Extendida